lunes, 25 de agosto de 2014

3. LIBRES PARA ADORAR




     Al igual que muchos, antes de conocer a Jesús vivía una vida de pecado apartada de Dios. A partir de los 15 años de edad mi vida comenzó a girar en torno al canto y la música, y desde niño fui bendecido con ese talento (mis abuelos se conocieron cantando música lírica en una estación de radio, ya que en esa época no se veía TV. Gracias a ellos, todos sus hijos y nietos heredamos este hermoso talento). A través del canto pude conocer y experimentar muchas cosas que el mundo ofrecía: fama, vanidad, dinero, sexo, drogas, entre otras. Mi vida aparentemente era lo máximo, pero al pasar el tiempo en vez de disfrutarla cada día, mi vida era mas vacía. Todo cambio hace 9 años atrás cuando le entregue mi corazón al Señor Jesus.

     Cuando llegue a la iglesia, era un joven que a pesar de que estaba empezando a experimentar el amor de Jesús todavía era esclavo del pecado, por tanto no tenía esa libertad para adorarle.

     En esos primeros días en la iglesia, cuando escuchaba a los salmistas cantar y adorar a Dios, dentro de mi decía que lo podría hacer mejor que ellos. Tenía un corazón muy altivo y lleno de aires de grandeza que lo había aprendido en el mundo. Al finalizar uno de los servicios me acerqué al líder de alabanza y le dije:  
- ¿tú eres el encargado de poner a cantar a las personas allí? A mi me gustaría cantar.
Él mirándome,  imagino que pensaría: ¿Y este loco de donde salió? Pero con sus sabias palabras me dijo:
-¡Que bueno, pero primero necesitas ser libre para adorar!

     En ese momento entendí que para estar con Dios era necesario apartarme de todo aquello que me impedía llegar a su presencia. Conocí a ese JESÚS que derramo hasta la última gota de sangre de su cuerpo por amor a mi, y que a través de su muerte y resurrección mis pecados podían ser perdonados, en Hebreos 10:19-22 dice: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y, vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura".

     En mi caso, desde un principio tuve que luchar con muchas ataduras de pecados, pero era tanto mi anhelo y deseo de conocerlo y tener ese libre acceso a su presencia, que decidí clamar por su sangre con un genuino arrepentimiento y luchar en contra de todo lo que impedía Su fluir en mi. Desde ese momento comencé a tomar decisiones trascendentales en mi vida: me aleje de amistades que influían negativamente en mi, perdoné a mi padre que me abandonó en el momento cuando más lo necesité, le entregué mi área sexual a Dios y eliminé todos los contactos telefónicos de mujeres que me incitaban a pecar, puse en manos de Dios mi área sentimental, quemé un estuche lleno de CD`s de música que no era cristiana y decidí dedicar mi voz solo para adorarle. Después de hacer todo esto pude tener la gran experiencia de entrar con libertad a la presencia de Dios y disfrutar mi adoración al Rey.

     Juan 4:24 en la versión DHH dice: Dios es Espíritu y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Este pasaje enseña que hay una única forma acerca de como Dios quiere ser adorado. Dios desea gente que le adore con manos santas y corazones puros.

     Paso aproximadamente 1 año desde que hablé con el líder de alabanza para que Dios le confirmará mi llamado al grupo de salmista de la iglesia, y así poder estar en el altar y adorar con un corazón puro, quebrantado, humillado y sano al Señor. Hasta el día de hoy le doy la gloria a Dios por permitirme seguir sirviéndole en este gran ministerio, y a pesar de que en momentos he flanqueado, sigo siempre hacia adelante con un corazón humillado y arrepentido delante de Dios con ganas de tener nuevas experiencias en su presencia.  

     Dios nos creó para adorarle, nos creó para tener una comunión perfecta con Él. Así era en el principio de los tiempos, Adán y Eva disfrutaban de una continua y armoniosa relación de adoración a Dios, no había ningún obstáculo, ninguna atadura que no les permitiera estar en libertad con su creador. Hasta el día que decidieron tomar las riendas de sus vidas y seguir lo que sus corazones les decía. Sus decisiones trajeron como consecuencia que Dios rompiera toda relación con ellos. No permitas que tus decisiones y las influencias de este mundo te quiten tu libertad para adorar a DIOS.

     El salmista decía: "Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad" (salmo 84:10). Desde que conocí a Jesús he vivido en carne propia este texto. He vivido y probado mucho de lo que el mundo ofrece, y nada se compara a estar en libertad en la presencia de Dios, nada de lo que haga fuera de Dios podrá llenar mi vida como Él lo hace.

     Finalmente, el apóstol Pablo en hebreos 12:1 habla sobre despojarnos de "TODO" peso que no nos deja correr nuestra carrera en Dios. El pecado es un peso que nos impide que disfrutemos a plenitud de lo que Él nos quiere dar. La invitación es a que soltemos toda carga de pecado y corramos, corramos a los brazos de Dios y disfrutemos con libertad de adorarle en espíritu y en verdad.





  RETO #3
     Haga una lista de pecados en los que haya incurrido en los últimos días y llévelos a la cruz. Busque un verdadero arrepentimiento e identifique cuales han sido las fuentes de contaminación (programas de televisión,  internet, contactos de teléfonos,  amistades, hábitos, etc) y tome decisiones radicales y específicas para romper con cada unas de ellas.


Escrito por: Leonardo Ponte
Twitter: @LeonardoPonteG

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